domingo, 6 de agosto de 2017

Reflexión: Estudio en Escarlata



En las siguientes líneas se hará una breve reflexión acerca de la lectura Estudio en Escarlata, escrito por Arthur Conan Doyle (1882), donde se describirán los pasos que siguió Sherlock Holmes para llegar a las conclusiones que expuso y por qué fueron distintas a las de los detectives de Scotland Yard: Lestrade y Gregson.

Básicamente antes de hacer alguna hipótesis Holmes menciona que se deben de disponer de todos los datos necesarios. Primero optó por obtener datos de fuentes primarias como la observación; después estableció una hipótesis, luego se dedicó a probar lo que había supuesto mediante algunas actividades de investigación, como entrevistas (a las personas relacionadas con el caso) y finalmente llegó a la conclusión del caso.
Holmes afirmaba que su método de resolver las cosas fue analítico, es decir, razonar hacia atrás, más no hacia adelante como la mayoría de las personas lo hace.

¿Cómo llegó a esta conclusión? ¿Cómo resolvió el caso?

Primeramente examinó el entorno y observó los detalles externos de la casa, el suelo, el movimiento del vehículo que estuvo allí, el tipo, así como pensar en quien había estado la casa, el asesino, la víctima y los policías que habían llegado al lugar y que por lo tanto estos generaban ciertos cambios en las pisadas del sendero que conducía a la casa, etc.
Acto seguido, observó minuciosamente el cadáver y descubrió que había sido forzado a tomar el veneno dados los gestos que se veían en su cara. Es en este punto donde utilizó el método de exclusión, ya que ninguna otra hipótesis se ajustaba a lo que se observaba y también se basó en lo que había estudiado anteriormente, en otros casos similares.
Después escudriñó el porqué del asesinato y dado que fue lento, tomándose el tiempo necesario, se lo atribuyó a algo privado. Después, para aclarar aún más la información, telegrafió a la jefatura de Cleveland para conocer si había algún antecedente del sujeto en cuestión, ya que se debe conocer un poco de la víctima para saber un poco más y entender quién podría haber hecho algo así. La jefatura le confirmo que un sujeto llamado Jefferson Hope había tenido problemas anteriormente con Drebber debido a un matrimonio anterior, en el que la esposa era el objeto del problema.

Dedujo además sus características físicas por la sangre que se encontró debido a su excesiva emoción y concluyó que debía ser un hombre robusto y de cara rubicunda. Eran dos personas las que llegaron al lugar de los hechos el asesino y la víctima, y definitivamente no podría haber una tercera persona ya que: no podría realizar el acto en presencia de otra persona, a menos que hubiere otro cadáver; por lo que se concluyó que era el cochero quien debió de ser el asesino y obviamente no podía cambiar su oficio durante algún tiempo. Holmes se aseguró de averiguar los nombres de todos los cocheros de la ciudad, y dado que el asesino no se molestó en cambiar su nombre, fue muy fácil reconocerlo.

Lestrade y Gregson se guiaron por pistas falsas y creyeron que resolverían el caso solo con simples razonamientos hacia adelante, como decía Holmes, pero se olvidaron de cosas básicas como: entender quien fue la víctima, intentar conocer que historia había detrás y no señalar prácticamente a la primer persona que pareciera sospechosa.

Ambos se equivocaron: si bien, siguieron pistas lógicas como ver dónde vivían, ver el tipo de relación que tenían con los caseros, debieron ver más allá que algunas ideas vagas. No tomaron importancia a los detalles como las píldoras, el telegrama de “J.H está en Europa”, o pensar que el asesino pudo ser alguien que lo llevaba en el carruaje alquilado. Era lógico que sus ideas los iban a llevar a ninguna parte.

Fue Holmes quien resolvió el caso y no se le dio el crédito por hacerlo pero si a los detectives Lestrade y Gregson; sin embargo, el Dr. Watson y su diario sabía la verdad.

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