En las
siguientes líneas se hará una breve reflexión acerca de la lectura Estudio en Escarlata, escrito por Arthur
Conan Doyle (1882), donde se describirán los pasos que siguió Sherlock Holmes
para llegar a las conclusiones que expuso y por qué fueron distintas a las de los
detectives de Scotland Yard: Lestrade y Gregson.
Básicamente
antes de hacer alguna hipótesis Holmes menciona que se deben de disponer de
todos los datos necesarios. Primero optó por obtener datos de fuentes primarias
como la observación; después estableció una hipótesis, luego se dedicó a probar
lo que había supuesto mediante algunas actividades de investigación, como
entrevistas (a las personas relacionadas con el caso) y finalmente llegó a la
conclusión del caso.
Holmes
afirmaba que su método de resolver las cosas fue analítico, es decir, razonar
hacia atrás, más no hacia adelante como la mayoría de las personas lo hace.
¿Cómo
llegó a esta conclusión? ¿Cómo resolvió el caso?
Primeramente
examinó el entorno y observó los detalles externos de la casa, el suelo, el
movimiento del vehículo que estuvo allí, el tipo, así como pensar en quien
había estado la casa, el asesino, la víctima y los policías que habían llegado al
lugar y que por lo tanto estos generaban ciertos cambios en las pisadas del
sendero que conducía a la casa, etc.
Acto
seguido, observó minuciosamente el cadáver y descubrió que había sido forzado a
tomar el veneno dados los gestos que se veían en su cara. Es en este punto
donde utilizó el método de exclusión, ya que ninguna otra hipótesis se ajustaba
a lo que se observaba y también se basó en lo que había estudiado
anteriormente, en otros casos similares.
Después
escudriñó el porqué del asesinato y dado que fue lento, tomándose el tiempo
necesario, se lo atribuyó a algo privado. Después, para aclarar aún más la
información, telegrafió a la jefatura de Cleveland para conocer si había algún antecedente
del sujeto en cuestión, ya que se debe conocer un poco de la víctima para saber
un poco más y entender quién podría haber hecho algo así. La jefatura le
confirmo que un sujeto llamado Jefferson Hope había tenido problemas
anteriormente con Drebber debido a un matrimonio anterior, en el que la esposa
era el objeto del problema.
Dedujo
además sus características físicas por la sangre que se encontró debido a su
excesiva emoción y concluyó que debía ser un hombre robusto y de cara rubicunda.
Eran dos personas las que llegaron al lugar de los hechos el asesino y la
víctima, y definitivamente no podría haber una tercera persona ya que: no
podría realizar el acto en presencia de otra persona, a menos que hubiere otro
cadáver; por lo que se concluyó que era el cochero quien debió de ser el
asesino y obviamente no podía cambiar su oficio durante algún tiempo. Holmes se
aseguró de averiguar los nombres de todos los cocheros de la ciudad, y dado que
el asesino no se molestó en cambiar su nombre, fue muy fácil reconocerlo.
Lestrade
y Gregson se guiaron por pistas falsas y creyeron que resolverían el caso solo
con simples razonamientos hacia adelante, como decía Holmes, pero se olvidaron
de cosas básicas como: entender quien fue la víctima, intentar conocer que historia
había detrás y no señalar prácticamente a la primer persona que pareciera
sospechosa.
Ambos
se equivocaron: si bien, siguieron pistas lógicas como ver dónde vivían, ver el
tipo de relación que tenían con los caseros, debieron ver más allá que algunas
ideas vagas. No tomaron importancia a los detalles como las píldoras, el
telegrama de “J.H está en Europa”, o pensar que el asesino pudo ser alguien que
lo llevaba en el carruaje alquilado. Era lógico que sus ideas los iban a llevar
a ninguna parte.
Fue
Holmes quien resolvió el caso y no se le dio el crédito por hacerlo pero si a
los detectives Lestrade y Gregson; sin embargo, el Dr. Watson y su diario sabía
la verdad.
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